domingo, 19 de febrero de 2017

Media y carreras de 10km. y 5 km. de Balaguer.

 
 
Ambiente no, ambientazo es lo que se ha vivido hoy en Balaguer con motivo de la celebración de las carreras de Media maratón y  10 y 5 km.
Cerca de 1000 corredores se han acercado hoy a esta población para participar en las diferentes carreras que se celebraban, en un día frio, nublado y con niebla pero tremendamente animado. Entre ellos 20 corredores y corredoras del C. A. Fraga-Bajo Cinca.
Como no podía ser de otra manera “Los Chispis”, o al menos parte del grupo, también hemos estado en el acontecimiento deportivo. En esta ocasión representábamos al grupo Montse Horta que ha corrido la 10km., José Manuel Segurado y una servidora María de los Ángeles Castillo, que hemos corrido la media maratón.
 
No hemos podido contar con Isabel Pascual que está concentrada preparando los campeonatos de Cataluña y España de veteranas, ni con Francisco Javier Cebrián que se ha ido a hacer la Maratón de Castellón.
Todo y eso, no nos hemos querido perder el evento y comprobar si el éxito de participación respondía también a un éxito de la organización. Por lo que a las 09:00 horas de la mañana, nos hemos dirigido a la población de Balaguer.
Nada más llegar nos encontramos la primera dificultad. El tema de aparcar los vehículos, mal. Los párquins habilitados para recibir a los corredores han sido claramente insuficientes. Yo misma, a las 09:00 horas de la mañana he tenido que dar tres vueltas para aparcar. No he podido aparcar en el teatro, ni en el Cap, ni al lado del rio. Por lo que al final, cuando me he cansado, he tenido que dejar el coche “aparcado” de cualquier manera, pisando una línea amarilla. Por suerte no me han multado.
Me acerco al colegio donde se recogía el dorsal y la bolsa del corredor y ya se podía ver el ambiente festivo que se iba a disfrutar.
Recojo la bolsa del corredor y me miro con detenimiento el paravientos que nos han dado a los que hacíamos la media. Debo decir que en esta ocasión nos han dado un producto de calidad, puesto que hace 4 años me compré uno igual y la verdad es que está como nuevo.
Con los nervios de aparcar y no aparcar se me suelta la vejiga y me dirijo a los baños. No hay papel. ¿Cómo puede ser que a las 9 de la mañana y esperando que vengan 1000 personas no haya papel en el baño? –me pregunto sacando los clínex del bolsillo para los casos de emergencia.
Una chica que también estaba en el baño me ofrece lo que queda de un rollo de papel higiénico. Lo cojo y lo liquido. Y a partir de que salgo del WC, ya no hay papel.
Nos dirigimos los cuatro, Iván que ha venido como fotógrafo, Montse, José y yo a la plaza Mercadal donde está instalado el arco de salida y nos vamos encontrando en el recorrido de unos 400 metros a todos los amigos y conocidos que semana tras semana corremos las distintas carreras que se celebran en Ponent. Nos saludamos y abrazamos como siempre, porque aunque seamos rivales de carrera, somos ante todo y sobre todo, compañeros de fatigas.
A las 10:30 horas se da la salida y 20 metros después, nos damos cuenta de que se monta un embudo importante debido a que la calle por la que tenemos que pasar es más estrecha que el arco de salida, por lo que el tapón nos ha hecho perder de 15 a 30 segundos. Esto pasa nada más empezar.  Uuuf! Que nerviosa me ponen estas cosas. Y todavía falta 21 km. –me digo a mi misma.
Pasamos el embudo José y yo y nos damos cuenta de que Montse estaba delante. “A rio revuelto ganancia de pescadores”. Jajaja.
La rebasamos y seguimos callejeando por Balaguer hasta coger la carretera hacia Áger y Sant Llorenç. Y la verdad es que todo muy bien. Los Mossos tenían totalmente controlado el tema del tráfico, por lo que no hemos tenido ningún susto como en ediciones anteriores.
Los primeros kilómetros se han vivido con alegría y en conversación. Los Trotallunàtics, que están preparando la maratón de Barcelona, estaban de “subidón” todo y que ya, antes de que empezara la carrera habían corrido 10 kilómetros. A este equipo no se le acaban las pilas nunca.
José iba marcando el ritmo y de vez en cuando me daba el “toque” para que no me embalara, que luego me hundo en la miseria en el kilometro 15 y no puedo con mi alma.
“Te estás acelerando”,  ”Vas a 4:30 baja el ritmo que luego pasa lo que pasa”, ”al final te voy a tener que atar”… Me iba diciendo por el camino mi liebre.
Y hablando de liebres… No sé si es que hoy no había liebres, o si yo no las he visto, pero el caso es que he echado en falta aquellos grupitos que se forman alrededor del 1’45” y 1’50”.
Total, que sin darnos apenas cuenta llegamos al kilometro 11 y José me dice que a este ritmo podemos bajar de 1’50” cosa que me anima mucho, puesto que tanto José como yo hemos ido a Balaguer con la única aspiración de acabar la primera de las tres medias que tenemos intención de hacer en un mes.
Seguimos a buen ritmo y en el kilometro 15 José me dice que tire, que tiene que bajar el ritmo, que le ha dado un calambre. ¡Cagoen… con lo bien que lo llevábamos!
Continuo al ritmo marcado por José durante toda la carrera hasta que llego al kilometro 17 y me encuentro el avituallamiento. ¡Sorpresa! … y esta vez de las buenas. 
Ya sé que no lo había mencionado hasta ahora, pero debo decir que cada 5 kilómetros había un avituallamiento líquido con agua y bebida isotónica.
Pero a lo que voy… En el kilometro 17 nos encontramos un avituallamiento con fruta, agua, bebida isotónica y gominolas. 
Cuando paso por el lado del avituallamiento, un chaval se me acerca con el plato de las gominolas. No me he podido resistir. He cogido un puñadito y me las he metido en la boca. Todas, de golpe. Me he reído como una tonta al comprobar que si alguien me hubiera hecho una foto, seguramente saldría con cara de hámster. Jajaja.

 


NOTA: María de los Ángeles no te comas todas las gominolas de golpe no sea que te pille un “paparazzi” con la cámara. No sea que cuando te hagas famosa publiquen tu foto con cara de hámster. Jajaja.
 
Sigo corriendo con la pena de haberme dejado a José detrás y con alguna gominola en el gaznate cuando de repente me doy cuenta que, a lo lejos, en el kilometro 20 hay una subida.
 
Me han entrado escalofríos solo con verla, me ha entrado “les esgarrifances de la mort”. Quizás solo era que ya llevaba 20 kilómetros corriendo, pero os aseguro que me ha parecido el Montblac.
 
Me he quedado clavadísima, pero he subido sabiendo que después de esa subidita venia una bajada y después, la meta.
 
Me dirijo a la meta por el casco antiguo y me encuentro a la banda de tambores animando, y de repente la plaza Mercadal que estaba a reventar de gente animando a los corredores que íbamos llegando, entre ellas Montse que ya hacia un buen rato que había acabado su carrera.
 
Cruzo la meta, y poco después Carmen (una compañera del club) y Jose. Y allí nos espera un generoso avituallamiento final con fruta, ensaimadas, palmeritas, bocadillos de jamón y queso, agua, bebida isotónica y cerveza.
 
Y para José y su calambre un masajito “chachi”, que con la faena que le he dado hoy se lo merece.
 
¡SE ME OLVIDABA! como las cervecitas las hemos hecho en la plaza y no hemos podido acabar el barril por falta de “Chispis”, luego, para recuperar, nos hemos ido a comer chocolate con porras.
 
 
 
 
 
 
 
 
María de los Ángeles CASTILLO.


La Mitja Marató de Balaguer y sus 10 k., han retornado (tras un paréntesis de 9 años en el que se han probado varios circuitos) a su trazado original. Con salida y llegada en la Plaça Mercadal de Balaguer, pasando por Gerb y remontando junto al Segre hasta dar el cambio de sentido en Sant Llorenç de Montgai (km 11,500). Desde ahí volver por el mismo recorrido hasta Balaguer. Los que ya habíamos corrido en Balaguer antes de las variaciones de recorrido, recordábamos las “subidetas” de Gerb (k. 17) y entrada a Balaguer (K. 20) y que era obligado reservar fuerzas para ambas.
 
Debo halagar el lugar de llegada (P/. Mercadal), por lo histórico del lugar, si bien no es, en mi opinión, el punto más idóneo para una salida masiva, como tampoco sus estrechas calles adyacentes, que dificultaron la misma.
 
Buena organización, con animación de banda de tambores y cornetas (que me hicieron inconscientemente marcar el paso), con buen surtido en los avituallamientos del recorrido y llegada.
 
La climatología algo fresca (9ºC), con niebla pero idónea para correr sin necesitar de mucha hidratación.
 
La bolsa del corredor incluía, además de tarrito de miel, un yogurt (sí, un yogurt) y lata de refresco isotónico, un chubasquero marca Joma de aparente buen tacto.
 
Los atletas llegados a meta fueron 425 en MM y 155 en  10 k. y 122 en 5 k. 

J.A.Fuentes Trasierra.


Fotos Iván Segurado

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